Relación entre la Gratificación inmediata y la inflación

En la sociedad actual, es más común de lo que parece la gratificación inmediata en diversos aspectos de nuestras vidas y uno de los ámbitos donde esto se hace más evidente es en nuestra relación con el dinero. Como dicen por ahí, nos llega dinero y se va “volando” y no sabemos cómo. Nos pasa a todos:

• Asalariados, como la señora Marta: Quien recibe el su pago los 15 y los 30 días de cada mes, pero ama las salidas a comer con sus amigos.

• Independientes: como Doña María: Quien le llega un buen pago pero ya tiene planeado salir de una deuda y hacerle un arreglo de casa, y al final de cuentas la plata “se le fué”.

Esto sucede porque, contrario a lo que pensamos, el manejo del dinero no es algo técnico sino algo emocional principalmente. Porque, aunque no es la única forma, el cerebro de Marta sabe que con el dinero ella se da bienestar (comprar comida) o felicidad (al invitar a un ser querido a cenar). Gastamos con facilidad para obtener la satisfacción instantánea de poseer algo nuevo o disfrutar de una experiencia emocionante. Sin embargo, es crucial comprender cómo el caer en estas prácticas constantemente, puede afectarnos en el futuro, especialmente en un contexto de inflación creciente. 

En el ámbito financiero, la gratificación inmediata se traduce en gastar dinero hoy en lugar de ahorrar o invertir para el futuro. Y la inflación por su parte, es el aumento de los precios de los alimentos, los bienes y servicios en una economía a lo largo del tiempo. A medida que la inflación aumenta, el poder adquisitivo de nuestra moneda disminuye, o en palabras más sencillas, una misma cantidad de dinero no puede comprar la misma cantidad de bienes o servicios que solía comprar anteriormente.

Por ejemplo, si tu eres una persona asalariada, y tu ingreso pasó de 1.000 a 1.200; te recomendamos que NO cuentas con ese dinero adicional, porque en realidad sólo te alcanzará a pagar el incremento de precios producto de la inflación. Aquí es donde la relación entre la gratificación inmediata y la inflación se vuelve relevante.

¿Por qué? Aquí tenemos varios puntos

1. Si gastamos todo nuestro dinero en gustos pasajeros sin invertirlo o ahorrarlo, corremos el riesgo de no poder mantenernos al ritmo de la inflación y con el tiempo, esto implica que el valor real de nuestros ahorros se reduzca (recuerden; es la misma cantidad de dinero pero ya no alcanzará para lo mismo), lo que dificultará llevar a cabo nuestros objetivos financieros a largo plazo, como comprar una casa, o una moto.

2. Dificultad para hacer frente a aumentos de precios: A medida que la inflación aumenta, los precios de bienes y servicios también lo hacen. Si hemos gastado todo nuestro dinero sin tener un colchón financiero, puede resultar difícil afrontar estos aumentos, haciendo que caigamos en la necesidad de recurrir a préstamos o deudas para cubrir nuestras necesidades básicas, y está sería una situación de estrés financiero.

3. Limitaciones en la construcción de patrimonio: La gratificación inmediata puede obstaculizar nuestra capacidad para construir riqueza a largo plazo. Si no ahorramos e invertimos sabiamente, nos resultará más difícil generar ingresos pasivos o aprovechar oportunidades de crecimiento financiero.

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